Snell

¿Recuerdas cuando WhatsApp no era gratis? No fue un error, fue parte del plan

Curiosidades,Telefonía

Hoy en día nos resulta impensable tener que pagar por usar aplicaciones como WhatsApp o Telegram. Son herramientas tan integradas en nuestra rutina diaria que ni nos planteamos que puedan tener coste alguno. Pero hace no tanto tiempo, WhatsApp sí cobraba por su uso… y no fue un descuido, sino una jugada muy bien pensada.

Cuando WhatsApp apareció en 2009, el panorama era muy distinto. Los mensajes de texto (SMS) eran la forma habitual de comunicarse, pero su precio elevado limitaba bastante el uso. Entonces llegó WhatsApp y cambió las reglas: comunicación instantánea, a través de internet y sin preocuparse por contar caracteres. Eso sí, al principio, los usuarios de iPhone tenían que pagar 0,79 euros para descargar la aplicación.

En Android la historia fue diferente

La app llegó un año después, con una suscripción gratuita durante los primeros doce meses. A partir de ahí, se suponía que habría que pagar para seguir usándola… pero muchos recordarán que, en la práctica, la mayoría seguíamos usando la app gracias a las renovaciones automáticas que WhatsApp aplicaba de forma generosa.

Lo curioso es que esta barrera de pago no era un obstáculo accidental. Según Jan Koum, uno de los fundadores de WhatsApp, esta estrategia formaba parte de un plan bien meditado. En una charla en 2014 durante la ‘Startup School’ de Silicon Valley, Sam Altman recordó cómo en 2011 muchos pensaban que WhatsApp estaba condenada al fracaso por cobrar una suscripción. Lejos de desmentirlo, Koum reveló que ralentizar el crecimiento de la aplicación era justo lo que buscaban.

La razón de por qué se hizo

¿Por qué? Porque querían centrarse en mejorar la experiencia del usuario. La intención era tomarse su tiempo para construir servidores sólidos, evitar caídas del servicio y poder ofrecer una atención al cliente eficaz. Una expansión demasiado rápida habría comprometido la calidad del producto.

Koum puso como ejemplo a Facebook, que en sus inicios solo estuvo disponible para estudiantes universitarios. Ese acceso limitado ayudó a garantizar una experiencia más controlada y de mayor calidad. WhatsApp aplicó la misma lógica: crecer, sí, pero a su ritmo y asegurando siempre que los usuarios estuvieran satisfechos.

Y el tiempo les dio la razón. WhatsApp se ha convertido en una de las apps más usadas en todo el mundo, y hoy opera bajo un modelo completamente gratuito, accesible para cualquier persona con conexión a internet. A veces, para triunfar, hay que saber ir más lento.

Etiquetas :

fibra óptica,operador local de telecomunicaciones,operador local Snell,snell,whatsapp

Comparte :

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *